Desde hace mucho tiempo me fascina observar las ventanas iluminadas por la noche.
Este era un proyecto en el que trabajaba hace mucho tiempo, me gustaba observar las luces de los edificios y de las viviendas, quizás con una pizca de envidia y una gran dosis de curiosidad. Cada luz en el edificio es una invitación a crear una historia en mi cabeza, a dejar volar mi imaginación. Pero algo sucedió a principios de marzo y una super luna llena nos encerró en casa y tuve que dejar de fotografiar ventanas porque ya no podía pasear por las noches y lo único que veía desde mi ventana era el mar.
En esos días empecé a utilizar las fases de luna para saber cuánto tiempo llevábamos encerrados. También leía e investigaba tratando de encontrar una explicación a lo que estaba pasando, una explicación más romántica, no la historia que cuenta los periódicos. Después de tres ciclos lunares completos volvimos a salir a calle pero sólo nos encontramos los restos de la vida que antes teníamos. Pasó el verano y una nueva luna llena nos anunció el regreso a la casilla de salida.
Pasear por las noches y observar las ventanas era un símbolo de libertad, era mi momento favorito del día, cuando volvía a casa después de cenar o después de una inauguración y tenía esos minutos para soñar.
El proyecto original está en espera de recuperar esa libertad que nos da la seguridad, pero quiero hacer un capítulo especial en el que cambia el punto de vista y es un reflejo de la situación actual, una situación que nos guste o no, no se había vivido antes y que cambiará nuestra percepción de la realidad.
En este apéndice el punto de vista cambia del exterior de las calles al interior de mi casa, ahora la ventana es el punto de partida para la reflexión, el proyecto es un viaje interior o un diálogo interno pero es también una ventana a la esperanza, al futuro.
Cada ventana es un reencontrarnos con nosotros mismos, con nuestros orígenes, con nuestra esencia, es escuchar a nuestra alma y parar, es aburrirnos y escuchar el silencio. No poder estar rodeados de gente es una bendición para enfrentarnos a nuestros miedos, para escuchar a nuestro corazón y tomar las decisiones futuras sin influencias de las modas.
Since a long time ago, there is something I really like, I love gazing at the illuminated windows in houses or buildings. I always feel curious and maybe a bit jealous of what happens inside those “moony” spaces. Each light is an invitation to my brain to create a story in my mind.
I started working on this project a few years ago, without rush, some days I took a picture on my way back home, another day I took a picture from my window. Then one day at the beginning of March, a super full moon announced a lockdown and I had to stop taking pictures because walk ing around and freedom were forbidden and my only view was the sea from my window.
In those days I started to use the moon to count and I read a lot to try to understand what was happening, I was looking for something more romantic than the news from the papers. After three complete moon cycles we were allowed to go back to the streets, but we only found the remains of the wrecks. September arrived and a new full moon told us to go back to the starting point.
Walking during the nights was for my favourite moment of the day, it was a symbol of freedom when I came back home after dinner outside or visiting an exhibition and I had some minutes to dream.
I don´t want to change the idea of freedom of the beginning because it is the symbol of the project, but I would like to create a special chapter that reflects the current situation, something that we had not seen before and is going to change our perception of life.
In this special chapter the point of view changes from outside, the streets, to inside, my home, my kitchen and all the possibilities I find from my window.
For me a window is an opportunity to find ourselves, our roots, our soul, it is a chance to stop, to be bored and listen silently. I find this situation an opportunity to be alone, to work with my fears, to hear my heart and think in the future without the influence of outside.