¿Te imaginas que os pudiésemos llamar por teléfono?
No sé qué es real y qué es mi imaginación, no logro diferenciar mis recuerdos reales de los que he
creado.
Eran días felices en tu casa, olía a Heno de Pravia y me enseñabas a escribir a máquina, en el
cuarto del fondo.
No tengas miedo a ser diferente, no renuncies a tus sueños, ve tras ellos. Sal de la manda,
abandona el rebaño, siguiéndolo no vas a ser feliz. Escucha a tu corazón, vive tu vida. No hagas
caso a los que te critican, tienen miedo, son conformistas, tú les recuerdas lo que no son capaces
de hacer, no dejes que el miedo te paralice.
Quiero volver a ser niña, solo un ratito, volver a tu casa y que me hagas canelones. ¿Por qué es la
vida tan injusta? A unos les da todo lo que a los otros nos niega.
Ayúdame, guíame, dame alguna pista, estoy perdida y no sé qué camino seguir.
Las apariencias engañan y a veces duelen más las heridas del alma que las del cuerpo.
Hay que respetar los tiempos de la naturaleza pero el hombre se cree más listo, quiere ir más
rápido y mete la pata.
Todo lo que es diferente hay que criticarlo, así es esta sociedad. Siempre me algo decías así
cuando era niña y entonces no lo entendía.
No quiero quejarme, sólo te cuento mis cosas, pero son días raros y primero sale lo oscuro porque
es lo que más pesa y luego vendrá la luz que es más ligera. No sé a dónde voy, no sé el final,
pero tengo curiosidad, voy a confiar. La vida es como una rueda, sube y baja, ahora estamos
abajo pero poco a poco volveré a subir hacia la luz, me imagino nadando hacia la superficie como
un pez busca los rayos de sol en el océano. La vida es como el arte, como todo esto que te estoy
contando, no sé a dónde voy, pero un momento dado todo tendrá sentido, igual que encajan todas
las piezas de un puzzle.